martes, 12 de febrero de 2013

Almas en pena 'chocan' cada noche en avenida Pérez Ponce

En medio de la oscuridad, policías escuchan fuerte estruendo en el lugar donde ocurrió una tragedia automovilística.


MÉRIDA, Yuc.- En el cruzamiento de la avenida Pérez Ponce con calle 50 de la ciudad de Mérida me tocó entrevistar en una ocasión a un policía que me comentaba que en ese sitio por las noches de pronto se escuchaba un fuerte ruido como si se estrellaran dos vehículos.

“Yo lo he escuchado al menos dos veces, cuando hago mis rondines con la patrulla, estoy a una o dos cuadras y de pronto se oye, hasta mi compañero lo escucha y cuando nos aproximamos pensando que se trata de un accidente, no hay nada, varios compañeros han reportado lo mismo”, afirma.

En la mayoría de las ocasiones, estos fenómenos se dan porque años atrás ocurrieron en ese mismo lugar accidentes similares a lo que se escucha, por lo que para iniciar la investigación decidí revisar en la hemeroteca de la ciudad sobre algún accidente fatal que hubiera ocurrido en los últimos años en esa calle o lugares cercanos.

Me llevé una sorpresa al descubrir que justo en ese mismo lugar había ocurrido un accidente fatal en el que murieron tres personas, lo cual en su momento fue publicado por todos los medios de comunicación locales.
Tragedia de jóvenes

De esa forma, descubrí que en el año 2003 una tragedia enlutó a tres familias. Fue un accidente de tránsito con alcohol de por medio:

Ronaldo Mézquita Mendoza, de 27 años, conducía ebrio y a exceso de velocidad en la avenida Pérez Ponce el sábado 30 de agosto a altas horas de la madrugada, y al llegar a la calle 50 y tomar la curva para dirigirse a la colonia Itzimná, su vehículo Ford Mistique derrapó y se estrelló contra un poste de luz. Murió inmediatamente junto con dos acompañantes, Dianey Cardeña y Fabiola Hernández, ambas de 18 años de edad.

Sobrevivieron Xenia García y Leticia Campos, ambas de 17 años. La primera fue hospitalizada debido a la gravedad de sus heridas y la segunda salió ilesa.

Esta última declaró que habían ingerido bebidas alcohólicas desde las 10 de la noche en una fiesta, y que cuando se quisieron retirar, Mézquita Mendoza se ofreció a llevarlas a pesar de su estado de ebriedad.

Durante el trayecto conducía a exceso de velocidad hasta que el destino selló su suerte y la de dos de sus compañeras…

A partir de ese momento fue cuando el Gobierno del estado empezó a implementar por toda la ciudad el programa del alcoholímetro, para evitar tragedias como ésta.

Entrevisté al menos a cuatro policías más que habían sido testigos años después de extraños fenómenos ocurridos en ese mismo sitio.

Gritos de angustia

Uno de ellos asegura haber escuchado los gritos de angustia de un joven que pedía que lo saquen de ahí: “Fue dramático lo que escuché, me dio mucha tristeza porque tengo un hijo adolescente, y sé que le pudo pasar a cualquiera, pero esos gritos me asustaron mucho, yo estaba parado a menos de 15 metros de donde paso el accidente años antes y no sabía por qué de pronto escuchaba esos lamentos, poco después fue que mis compañeros me dijeron lo que había pasado, seguro todavía no descansa el alma en pena de ese pobre chavo y de las dos muchachas, a lo mejor el primero no descansa porque se siente culpable de propiciar la muerte de sus dos compañeras”.

Uno de los policías encargados de ese sector, intrigado por los continuos reportes de sus compañeros, dejó una grabadora de audio una noche y logró captar claramente un sonido en donde se escucha cómo si se impactara de forma violenta un vehículo en un muro o pared, a pesar de que él en ese momento no vio nada ni hubo ningún tipo de accidente, sin embargo ahí esta como prueba esa cinta, la cual escuché y confirmé que es original tras hacer un análisis.

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