sábado, 26 de enero de 2013

La inteligencia de los animales

Una lectora nos cuenta:

Hola, soy de México. Quiero contarles la historia de mi perro, que me parece que es un tanto extraña. Se llama Snoopy, es un perro cocker de 5 años. Llegó a mi casa desde que tenia 2 meses y estaba muy acostumbrado a estar con mi mamá, pues era la única que se quedaba en la casa cuando todos salíamos a la escuela.

Mi mamá, en el 2001, padecía un cáncer terminal. Ya en su agonía, mi casa se llenó de familiares en el transcurso del día. Snoopy siempre ha sido muy nervioso y llorón, así que no me extrañó que estuviera inquieto al principio, ya en los últimos momentos de vida de mi mamá, ella pidió que estuviera a su lado. Mi perro estaba más intranquilo; lloraba y quería estar en el cuarto de mi mamá. Yo le pedí a mi novio que lo llevara al balcón y que lo cuidara.

Yo estaba en el cuarto en el momento en que mi madre falleció, y alcance a oír cómo aullaba mi perro en ese mismo momento. Cuando las personas de la funeraria fueron por su cuerpo, mi perro miró a la puerta cuando se la llevaban y aulló nuevamente como despidiéndose de ella.

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