jueves, 24 de enero de 2013

El chupacabras no es algo nuevo

En efecto, han escuchado bien. El famoso “Chupacabras” no es una leyenda moderna. Nuestro admirado Charles Fort, en su, hoy incontrable libro, “¡Lo!”, nos cuenta una historia sobre un chupador de sangres, cuya referencia encontró en los archivos del Museo Británico de Londres.

Según estos archivos, en enero de 1874, en la localidad de Cavan, Irlanda, “algo” mató hasta treinta ovejas en una noche, practicando incisiones en sus gargantas y chupándoles la sangre. Sin embargo, no probaba nada de carne.

El monstruo dejaba unas huellas alargadas, del tipo perruno, aunque mayores en tamaño y fuerza. El “animal” se ensañó también con otros condados hasta que un grupo de hombres decidió salir a cazarlo armados con todo tipo de herramientas. Cualquier perro errabundo que encontraban a su paso era directamente abatido.

En abril de 1874, la bestia merodeó por los alrededores de Limmerick, a unas cien millas de Cavan, atacando y mordiendo incluso a personas. Según el Weekly News, de Cavan del 17 de abril de aquel año, varias de las personas atacadas fueron encerradas en un asilo para dementes porque “actuaban bajo extraños síntomas de demencia”.

¿Fue este animal el predecesor del Chupacabras? Así sería si no fuera porque estos misteriosos chupadores de sangre han aparecido en otros tiempos y en otros lugares, muy separados de nosotros en los años... Pero esa es otra historia.

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