martes, 15 de enero de 2013

¡El bebé es mío!

Empezaré por decir que esto me pasó a mí y a mi hija en la Ciudad de México. Era un día de noviembre del 2001.

Estábamos durmiendo sobre las 11;55 y las 12;00 p.m., cuando sentimos algo y mi nieto, de tan solo 8 meses, empezó a llorar desesperado. Mi hija se paró y yo no podía abrir los ojos, y cuando por fin pude hacerlo, la mesa y sillas se empezaron a mover y a girar. Sentimos miedo.

Había algo en el techo, algo que no quería irse, y al ver esto, abracé fuerte al bebé. A la mañana siguiente el bebé tenia muchos rasguños, como si fueran de espinas de rosas, y un poco de moretones. Mi suegra me dijo que era la "bruja" que quería chapárselo porque aún no estaba bautizado. ¿Verdad, mentira? Lo cierto es que lo hicimos pronto y no ha vuelto a suceder.

Jesús Moreno

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