Esta historia es verdadera, aunque no lo crean. Iba muy tranquilo por la carretera, rumbo a la casa, en el carro. Ya estaba oscureciendo cando de repente, subiendo una curva muy larga, vi a una mujer ensangrentada pidiendo ayuda.
Me detuve. Ella me dijo: “¿Me podés ayudar vos?”.
Le dije que sí. La mujer dijo que se habían caído al barranco y que su esposo y su hijo estaban allí, atorados en el carro, y que no podían salir. Yo bajé rápido donde estaba el carro, y cuando por fin llegué, me encontré al esposo de la mujer y su hijo en le asiento trasero.
¿Y? Para mi sorpresa, la mujer que me estaba pidiendo ayuda estaba sentada al lado del copiloto y estaba muerta. Cuando les conté a mis amigos y a la policía no me creyeron, pero yo lo vi.
Hernán Barrera (Guatemala)
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